jueves, noviembre 09, 2006

¿Rebeldes?

Era de esperarse. Niñas, niñas, madres, niñas, algunos niños, pocos adolescentes, mucho púberes y niñas. Gritos, desenfreno y auque no lo pude ver directamente, estoy seguro que alguna lágrima se derramó.

Primero, el grupo no me gusta. Nunca me gustará tampoco. Segundo, cómo se le ocurre mandar un saludo a Chile. No soy xenofóbico, pero ¿Chile? quizá Bolivia, Colombia, Uruguay. ¿Chile? Pero los niños perdonan todo, creo que a nadie le importó realmente.

Tercero, los besos. No lo entiendo. Se besó una pareja, después la otra, show mediático para el grito infantil, el huuu típico del colegio, una mini orgía para los sueños de las chicas y chicos que los admiran.

Cuarto, por qué los cuidan tanto. No son los Rolling Stones, ayer en el escenario no cantaron los Beastie Boys, eran los RBD, unos chicos pre fabricados que en unos cuantos años -quizá el próximo espero- desaparecerán y continuarán con las novelas y posiblemente uno de ellos siga en el canto. Es así, siempre ha sido así. Los cuidaron demasiado, dejaron que los gráficos tomaran fotos durante la primera canción, nada más. Hicieron firmar a la prensa en general un documento para que ninguna foto o video sea prestado, vendido o cedido a ningún programa de Tv Azteca, Azteca América, Telemundo, NBC o filiales.

Esto generó molestia entre los periodistas, pero el medio que no firmaba se despedía del show. El cual, a decir verdad, no fue muy bueno.

lunes, noviembre 06, 2006

Realmente me cae mal

En la niñez, hay una etapa donde se es, cómo decirlo, realmente jodido, espeso, quaker (¿se usa esa palabra todavía?). Es verdad, se quiere copiar las costumbres, frases, poses de lo adultos, pero sin tino, sin acierto. Esta etapa es pasajera (casi siempre lo es).

En la foto aparecen dos actores, niños aún, los chacaloncitos. El más conocido es Johan Mendoza, tuve la mala suerte de cruzarme con él en un par de ocasiones, es terrible ese niño, como cualquiera de su edad, busca el protagonismo, la cámara, las miradas. Él tiene todo eso, es feliz. Pero necesita más. A veces dudo que todo aquello nazca de él, sino creo que mucho lo aprendió de su padre, no porque el señor sea así, sino porque se lo ha inculcado, para tener el éxito que nunca tuvo.

En resumen, Johan me cae mal, es un dedo, incluso me miró medio receloso cuando vio, en la presentación de su última miniserie, que era el único que no le tomaba fotos, no lo llamaba para que mirara la cámara ni siquiera le hice caso. La verdad no me es -ni ahora y espero nunca- importante tomarle una declaración a ese chiquito, que a decir verdad, al parecer anda medio crecido, según leí en la prensa farandulera.

El otro niño es entrenado para lo mismo, para sonreir, para hacerle gestos a la cámara, para llamar la atención. Ese es el showbusiness, ¿no? Los padres los promocionan, se acercan a la prensa y preguntan de dónde eres, indagan si saldrá la foto, te cuentan de sus hijos, y más. No está mal, incluso, el padre del menor de los chacaloncitos, me dio cierta lástima. Al parecer tiene mucha esperanza en su hijo. Ojalá no lo obligue a seguir sueños que no son suyos.
Realmente me cae mal ese niño.

Las que no se publican

Ella es, qué duda cabe, Cati Caballero. Modelo peruana exitosa, bella, con cierta experiencia en conducción y algo más quizá. Este post es por aquellas fotos que nunca se publican, ésas que se toman en los momentos de cambio de sonrisa, del gesto bonito.
Ese día tomé muchas de estas fotos, la mala suerte o falta de experiencia siempre cogía el momento no fotográfico. Ojos blancos, gestos groseros, bocas semi abiertas, de todo capté aquella vez.
Aquí una poseída Cati camina por la pasarela, después intenté entrevistarla con algunos compañeros, y lo logramos, pero a decir verdad, la imagen dulce de ella cambió, para mí, a la de una señorita un poco molesta y algo fastidiada, una mini diva amargada, o algo así.
Ese momento, de molestia, justifica esta foto.