lunes, octubre 23, 2006

Sin los subterráneos

Estuve hace dos noches en el concierto de Christina Rosenvinge (¿así se escribe?), debo decir que fui la envidia de las personas a las que le comenté que asistiría a ese concierto, pero no sabía por qué.

Estuve emocionado, algo sin exagerar. Ya cuando estuve ahí, a las nueve en punto como decía la agenda, tuve que esperar un hora y media. 10 y 30 en punto salió la cantante española, envejecida por el obvio pasar de los años. Debo confesar que tiene una bonita voz, no la recordaba, casi nada, al parecer esa etapa de mi niñez (porque era niño cuando sonaban sus hits en la radio) la había olvidado por completo, hasta que la recordé.

Empezó al parecer con una canción antigua, ya que el público coreaba emociando, casi entre lágrimas. Siguió con dos canciones nuevas, donde los fanáticos sonrientes movían la cabeza de un lado a otro, sin abrir la boca y esperando que terminara de una vez por todas para seguir con los temas de antaño.

Tenía su hinchada, no hay que negarlo. Después se mandó con una palabras que yo no entendía, pero todos los demás sí, como descifrando lo que venía, emocionados, gritando, aplaudiendo.

Y empezó el "tú por mí" y la gente, mismo estadio, empezó a delirar. Ahí fue cuando recordé, lamentablemente, que nunca, nunca, me gustó la tal Christina Rosenvinge o Los Subterráneos, recordé que cada vez que escuchaba algunas de sus canciones cambiaba de emisora a ver si encontraba algo mejor.

Tomé algunas fotos, las necesarias, observé al público y di media vuelta, hacia donde decía Exit.

No hay comentarios.: